Va un viejito al médico y le dice:
- Doctor, estoy preocupado porque tengo 100 años y todavía ando persiguiendo muchachas.
- Pues eso sí que es un caso insólito, pero dígame en qué quiere que le ayude, qué es lo que le preocupa de eso.
- Pues que las ando persiguiendo pero ya no me acuerdo para qué.
- Doctor, estoy preocupado porque tengo 100 años y todavía ando persiguiendo muchachas.
- Pues eso sí que es un caso insólito, pero dígame en qué quiere que le ayude, qué es lo que le preocupa de eso.
- Pues que las ando persiguiendo pero ya no me acuerdo para qué.
Se desnudan el viejito y la viejita, y dice el esposo todo sorprendido:
- ¡Ay, mi amor. Cómo tienes de canas allá abajo!
- No son canas, son telarañas, ¡viejo inutil!
- ¡Ay, mi amor. Cómo tienes de canas allá abajo!
- No son canas, son telarañas, ¡viejo inutil!
Manuel.
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